Como todos los meses recibo compañía,
por pocos días afortunadamente, de una amiga sensiblera, a veces feliz, a veces
triste, temerosa, efusiva y callada,
todo un cúmulo de emociones en un solo color.
Las dos lloramos como niñas
viendo algo triste, o algo feliz, mi amiga tiende a aumentar mi ya acostumbrada
sensibilidad.
Apareció una vez repentinamente
para darme aviso de una nueva etapa, así como partirá algún día para decirme
que otra termina.
Ya me he acostumbrado a ella, he
aprendido como manejarla, mi físico le está prohibido tocar, o producirme dolor
alguno, sólo mostrarme en unos cuantos días todos los sentimientos del mundo,
para después irse y volver puntual a la cita acostumbrada.
KJ Sterling.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario