Existe una larga carrera en la
vida, para unos más corta, para otros larga, algunos la terminan
inesperadamente, otros prevalecen, pero hay algo que acompaña ese camino
siempre, los obstáculos, esa palabra repetitiva en la vida de todo ser humano,
esa que puede definir para bien o para mal, y que se presenta en innumerables
formas, amigos, desconocidos, situaciones, problemas, amores, odios, dinero,
entre muchísimas otras.
En las carreras de salto de vallas
en el atletismo, los obstáculos puestos en el camino deben saltarse y superarse
para llegar a la meta, muchas veces hacen caer, pero entonces vez como la convicción
de alguien hace que llegue al final superando todo; eso deberíamos hacer,
llenarnos de fe, mirar los problemas de tú a tú y decirles a la cara, tu no podrás
conmigo, porque un obstáculo se hizo con un fin: superarlo.
Puedes enfrentar un monstro e
idealizarlo en tu mente y verlo tan grande que puede aplastarte con su pie, o puedes mejor ponerlo a tu altura aunque
sea grande, atácalo con tu mejor actitud y recuerda que nada dura para siempre,
deja que te enseñe, pero no dejes que te haga retroceder o te arrincone, empújalo
con todas tus fuerzas, grita si es necesario, alguien puede atender tu llamado
de auxilio, y dos serán siempre mejor que uno.
No importa cuánto tardes en superarlo, ten presente que la victoria te
espera y que algún día miraras hacia atrás y te reirás de lo que una vez dolió.
Aprende a bailar bajo la
tormenta, piensa en lo bien que estarás cuando todo pase, ten fe, esperanza.
Las nubes negras desaparecen cuando el sol sale de nuevo, y tarde o temprano
siempre, deja de llover.
KJ Sterling.
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